miércoles, 10 de octubre de 2012

Cambios de cerraduras

Después de la pre entrega nos pusimos a pensar de que manera poder cerrar la historia sin caer en que lo que llevara al personaje a volver a su vida rutinaria fuera algo poco profundo y respestara con lo que Kafka nos había transmitido.

 La primera vez pensamos que en medio de un corto blanco y negro mostrando a una chica con un vestido de color se podría interpretar que ella representaba la libertad, y eso le daria una esperanza a el que podria hacerle pensar que la rutina estaba llegando a su final, que ya no se repetirían mas sus dias y algo cambiaría.
Resulto ser que esa idea era a demás de poco rebuscada también se convirtió en una excusa para darle una vuelta a la historia que no estábamos buscando precisamente.
Pero sabíamos que algo más teníamos que mostrar.
Después se nos ocurrió que al salir del trabajo, el personaje podría encontrarse con una mujer que le de una llave. Ella representaría al sistema que controla y se ve inmerso en nuestras vidas, elecciones y caminos, ese sistema que aparece hasta cuando creemos haberle escapado y estar fuera de el.
Luego de la pre entrega descartamos este final porque no se transmitía el trasfondo que tenía: a la vista era una simple chica que cae con la llave y le dice a donde ir. Parece una fácil solución al cierre del corto.

Después de charlar, pensar, debatir y analizar surjió un cierre que a mi parecer es de lo más adecuado que podriamos haber pensado: Dos sujetos vestidos de traje (se entiende que están directamente relacionados con el sistema que lo agobia y controla) persiguen al personaje cuando sale del trabajo y lo hacen perderse en un laberinto de lugares que se repiten hasta llegar a una puerta, aparecen cada uno de un lado distinto y no le dejan otra opción que elejir Esa Puerta que lo lleva devuelta a su vida de antes donde todo es gris e igual que siempre.

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