Un
hombre vive dentro de una rutina agobiante y un sistema que lo ahoga. Se encuentra en el medio de una ciudad llena
de gente pero el está solo. Todos están solos.
Su
trabajo lo hace transformarse en una máquina que responde órdenes y que hace
las mismas cosas que carecen de sentido una y otra vez sin cuestionarse porqué ni
para qué.
Un día
sale de su trabajo y se encuentra con un mundo distinto al que ve todos los
días. Se cruza con la misma gente que ve siempre pero con una actitud distinta:
ya no le son indiferentes, quieren provocarle algo y se encuentra una calle llena de absurdos.
De pronto se encuentra con una mujer, que ya
vió a la ida de su trabajo y parece mantener la misma actitud que antes, en ese
lugar donde todo parecía racional y lógico, lo que al hombre le inspira
confianza. Ella le da una llave y le señala una puerta. El sigue las órdenes de
la mujer, ya que es lo único que siente familiar en medio de ese mundo extraño
en el que se encuentra.
Esa
puerta lo lleva devuelta a su casa, lo que parece ser la salvación del hombre,
pero al mismo tiempo significa el volver a encerrarse en esa vida donde todo se
repite.
La
mujer de los dos mundos representa a ese sistema que nos seduce hasta hacer que
volvamos a introducirnos en el una y otra vez, sin poder escapar. Ese sistema
que está presente hasta fuera del sistema. Al final es el hombre, el que decide
por su cuenta seguir las órdenes de este sistema y meterse devuelta en el.
El
hombre vive enredado en un laberinto, en una vida rutinaria de la que no se
encuentra nunca la salida. Parece que por un momento se encuentra la salida de
ese infinito, al ver que un día todo se ve distinto, pero cuando vuelve a su
casa vuelve a la misma sensación de siempre: es ahí que nos damos cuenta de que
ese cambio fue solo una ilusión en realidad. Eso que pareció distinto no
representa más que esas pequeñas diferencias que son siempre parte de su
rutina, esos instantes en los que se cree que todo va a cambiar: pero
finalmente se trata simplemente de aquellas pequeñas alteraciones en medio de una rutina infinita que vuelve a
comenzar y terminar de la misma manera.
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